CIERTO GÉNERO DE JUGUETES

La muestra intenta mostrar el condicionamiento de género que, durante siglos, se ha impuesto a los niños para conformar su identidad sexual.

Este condicionamiento es tajante: existen juguetes y juegos para niñas y otros para niños. Esa frontera no podía ser franqueada.

La muestra se montó en base a dos juguetes icónicos: el juego de té y los soldaditos.

Estos objetos permitían dos tipos de juego: uno social, mediante la reunión de niñas y de niños, cada uno jugando con los juguetes específicos.

Las mismas propagandas de juguetes –y otras de objetos domésticos para adultos- presentan a la la niña y al niño en una “condición de futuro”: la nena como ama de casa y el nene como soldado, ingeniero, artista o médico. Las nenas, por lo tanto, son “amas de casa a futuro” previéndose la atención hogareña del varón y los hijos, que replicarán el condicionamiento a su vez.

Las tacitas

Se ordenaron en una secuencia aproximadamente cronológica. Las primeras son de origen europeo, y ya se observan tacitas para uso social –tomar el té con las amiguitas- o bien en forma individual. Luego se puede ver un juego japonés azul, donde ya se prefigura el “modelo de juego standard ” en forma definitiva: cuatro tazas con sus platitos, azucarera, lechera y tetera.

En la vitrina siguiente se puede ver ya un formato similar aunque “para muñecas”. Las tacitas son diminutas y a veces son solamente dos, para la muñeca y su dueña.

También puede verse un juego nacional “Sanz” de plástico, una forma de abaratar el producto, en el cual se observa el color femenino tradicional: el rosa.

En la otra vitrina, aparecen los jueguitos complejos, con más cantidad de piezas y se puede ver uno con servilleteros, candelabros y platos de postre para torta, cubiertos incluidos.

Es de recalcar que, a diferencia de los soldaditos, los jueguitos de té presentan pocas variedades, son siempre iguales a sí mismos, variando solamente el color o levemente el formato.

También es notable que estos objetos sean descartes, ya que las nenas que los poseyeron nunca los quisieron integrar a sus juegos, aunque es frecuente recordarlos y hay algunas donantes que preferían “aunque no las dejaban”, jugar con soldaditos de hermanos y primos.

Los soldaditos

A diferencia de los jueguitos de té, los soldaditos pueden ser de varios tipos, posturas, regimientos o actitudes. Se podía elegir qué tipo comprar según los gustos del nene.

Este tipo de juguetes es muy viejo, aunque la colección principia en los años 20, con piezas diminutas fabricadas en Argentina, pero con moldes alemanes.

El granadero argentino del centro es una pieza la serie llamada “Argentine Cavalry” fabricada en Inglaterra para consumo local.

Otros dos soldados, muy grandes, son un soldado de origen alemán, de pasta de papel y el otro es su copia en plomo, de fabricación nacional.

En el resto de la vitrina hay soldaditos de plomo de marcas famosas, como “Mambrú”, “Metralla” y “Birmania” que surgieron gracias a la industrialización del período 1940-55. Es destacable un sulky y una pareja de bailarines, que sin ser soldaditos, estaba en el contexto “nacionalista” de esa época. Nótese también que los soldaditos ya no desfilan solamente, sino que están en posición de combate.

La otra vitrina muestra el avance de los productos importados a partir de 1958 a 1965. Con frecuencia, los soldaditos nacionales son copias de otros importados muy populares, simplificados para abaratar costos y competir.

En el centro aparece un soldadito inglés, sumamente caro para la época, que inaugura la oposición de “pocos, pero caros” y que fue lo que se terminó imponiendo, con un juego esencialmente individual.

La vitrina finaliza con soldaditos actuales, algunos de mucha calidad, para juegos de Guerra (Wargames) que requieren pinturas artesanales y por el otro, soldaditos muy deformados, de uso en bolsitas de cotillón. Además pueden verse soldaditos (indios) de origen chino.

Investigacion y diseño museografico: Gloria Sanchez almeyra, Ingrid Russel- White y Gustavo Fernetti